Movimiento Cívico-Militar CONDOR

Guerra Cultural

Publicación

Edgar Schmid y Vcom (R) (VGM) Horacio Ricciardelli

Guerra Cultural en Argentina – Parte III - 2

De la “década infame” a la vuelta a Canning de 1983. 

“En la victoria aplicamos lo que ya sabemos.
En la derrota aprendemos lo que sabe el enemigo”
Akira Kurosawa “Siete samurais”   

Nuestra Historia es un “Corsi e ricorsi”, de 1806 a 1861, con el emerger de lo nacional, de 1861 a 1830 con el avance de lo liberal, de nuevo de 1945 a 1982, el empuje de lo nacional, y de 1983 a la fecha, el avance de la des-malvinización.

La Década Infame tiene el Pacto Roca-Runciman, pero también una vigorosa reacción nacional que se trasladará de lo cultural a lo político una década después. En ese momento – la Década Infame – estaba sucediendo todo un cambio cultural – lo podemos ver en las letras de los tangos – que auspiciaba el cambio nacional una década después.

Una muestra de lo que decimos es el “cine” de la Década Infame con la “polenta nacional” de la cultura que emergía, y el actual cine del kirchnerismo lleno de llorones desmalvinizadores.

La Guerra Gaucha es una película hito en la exaltación de lo nacional y hasta comenta Wikipedia:

La exaltación en la obra de los valores ligados al nacionalismo expresados en la conjunción del pueblo, el ejército y la iglesia en la lucha en defensa de la tierra fue considerada por algunos como una anticipación de la ideología de la revolución que el 4 de junio de 1943 desplazó al desprestigiado gobierno de Ramón Castillo.

¡Exactamente! Ese era el clima que se estaba formando, que anticipaba la tormenta. Y ahora que no vengan a acusar a Homero Manzi – guionista de la película - como golpista fascista.

La Década Infame fue vista por los hombres de FORJA (especialmente Scalabrini, Jauretche, Homero Manzi) por el copamiento que los liberales hacían de la estructura y del Estado y lo pusieron al servicio de políticas tales como el Tratado Roca-Runciman. Y tenían razón pero eso no fue todo.

Convertir jujeños en obreros de Altos Hornos Zapla de eso se encargó el general Savio es ese tipo de cambio. El nacionalismo militar-industrial – aunque no lector de Gramsci – por esas cosas de la historia – esa vieja jodona decía Engels – estaba dando pasos muy parecidos a los que teorizaba el italiano:

- visualizar el objetivo a tomar como un sistema defendido por dos Sistemas de Trincheras concéntricas: la Coerción y el Consenso.

- primero tomar la trinchera del Consenso mediante la creación o coopción de instituciones culturales de la Sociedad. Luego avanzar sobre las instituciones coercitivas del Estado.

Gramsci como los europeos de su generación, habían quedado muy impactados por lo sangriento de la primera guerra mundial. Por ello quizás las constantes referencia a las comparaciones con la guerra: de movimientos y de posiciones.

A las instituciones coercitivas del Estado se las debe atacar frontalmente y en “guerra de movimiento”– como hizo Trotsky el 7 de noviembre de 1917 – pero las instituciones de consenso cultural de la sociedad deben tomarse mediante un lento trabajo de zapa (cosa que los militares nacional-industrializadores fueron haciendo a lo largo de la Década Infame).

El ataque frontal de “movimiento” se dio el 4 de junio de 1943. El objetivo era la ruptura total con el Plan Canning – “Inglaterra es el taller y Argentina la granja” – se puede ver bien claramente en el discurso de Perón: “La defensa nacional” [7] Allí comienza a desarrollarse una cultura de industrialización militar (en las tres armas) que continúa hasta Malvinas- puede decirse que es el punto más alto de desarrollo. No importa lo “gorila” que hayan sido los militares post 1955: hasta 1983 ninguno pensó jamás en destruirlas fabricaciones militares que se inician con el general Savio y el almirante Domecq García. Seguía habiendo una continuidad cultural con el proceso iniciado en 1930. Si hay cultura militar-industrial termina apareciendo un tanque, un avión, una nave de guerra. Si no hay esa cultura, entonces no se construye nada de eso.

Si algo aprendieron los ingleses del período 1919-1939, es que no bastaba un Tratado de Versalles prohibiendo que los alemanes fabriquen tanques, buques y aviones. Mientras esa cultura alemana siguiese entonces se iban a rearmar en el momento en que lo necesitasen.

Y para eso necesitaban instituciones como la Escuela de Frankfurt, un gran tanque de pensadores destinado a combatir los valores y pautas culturales que permitan emerger a los nacionalismos que se opongan a Gran Bretaña.

Podríamos resumir entonces que:

“Quien destruye los valores que necesitan los oprimidos para liberarse, termina imponiendo los valores que necesitan los opresores para mantener la opresión.”

La Izquierda Nacional denunció al juanbejustismo por su participación en el modelo anti-nacional. Se necesitó Malvinas para que los ingleses contra-ataquen para destruir el modelo cultural militar-industrial que desde 1930 terminó llevando al 2 de abril.

Ahora vemos como muchos sectores de la “izquierda ex nacional” participan en el kirchnerismo en un proceso des-malvinizador, de destrucción de una cultura desde dentro del propio ministerio de Defensa, y encima aplauden.

Hace 60 años, países como Alemania, Japón, China y Corea,  estaban completamente destruídos, y mucho más en comparación con el alto grado de prosperidad que tenía Argentina. Pero ninguno de los tres países perdió el grado de conciencia cultural que se necesitaba para levantarse de nuevo.

En Argentina en cambio no hay una conciencia de la relación que hay entre la destrucción cultural y la supervivencia como nación. Hoy día – muchos de la ex izquierda nacional – siguen dando como logros las estadísticas sobre estructura (del Indec) mientras – con tal de llenar la heladera – cierran los ojos a la penetración / destrucción cultural.

Hay instituciones como los desfiles militares. Que son básicamente para levantar la Identidad nacional, para que el pueblo se sienta orgulloso de su historia y al mismo tiempo levantar su auto-estima, indispensable para un pueblo que debe sobrevivir en un mundo cada vez más difícil. Si se quiere derrotar psicológicamente a un pueblo, destruyamos su identidad, su orgullo, su auto-estima.

Esa mezquindad  se vio en el desfile del 22 de mayo, cuando la presidente (con  E) se negó a asistir pese a ser la comandante en jefe, y la ministra prohibió desfilar a los veteranos de Malvinas. El aplauso popular para los veteranos que no mendigaron sino que tomaron el lugar que les correspondía.

Han desmalvinizado bastante, pero todavía no han desmalvinizado lo suficiente para su proyecto anti-nacional.

Servicio Militar: construcción cultural nacional

El objetivo de Gramsci era la construcción se una sociedad nacional y social. El objetivo de los gramscianos desmalvinizadores (desde Alfonsín hasta hoy) es la destrucción de ese proyecto que nace en los años ‘30. Escribe Luciano Gruppi[8]

“Otra vía para la educación es el servicio militar. La atención de Gramsci está dedicada al manual del cabo, como un libro que, al formar a los cabos, forma después a los soldados e imprime toda una mentalidad. Para Gramsci no es tan decisiva la separación entre el trabajo manual y el trabajo intelectual, como lo era para Marx. El intelectual es el cuadro de la sociedad, más exactamente, el cuadro de un aparato hegemónico. En este sentido, también un sargento semi-analfabeto es un cuadro, y por consiguiente, un intelectual. El jornalero que dirige un sindicato, si es un dirigente capaz, aunque sea analfabeto o semi-analfabeto es un intelectual, por cuanto es un dirigente, un educador de masas, un organizador…”

Si Gramsci vinculaba servicio militar con educación, debemos preguntarnos entonces que es lo que corresponde en una construcción cultural nacional, ¿eliminar el Servicio Militar o actualizarlo?

“Enseñar a un hombre a disparar un fusil tarda una semana. Enseñarle a morir en defensa de una causa tarda algo más” Mao Tse Tung – Guerra de guerrillas

El principal objetivo del general Ricchieri y el SOM no era que se aprendiera a manejar un arma. El objetivo era la construcción cultural nacional a mediano plazo.

Argentina entonces vivía un aluvión inmigratorio europeo, de muy distintas procedencias, donde muchos recién llegados iban a vivir en colonias con sus compatriotas donde seguían hablando sus lenguas maternas y educaban a sus hijos en esta lengua.

Si se quería realmente edificar una nación debía entonces lograrse una institución unificadora que enseñase al hijo de inmigrantes, al hijo del gaucho y al hijo del indio, a tener un idioma común y símbolos patrios comunes. Era una educación para lo que había señalado Bolívar: “No somos ni europeos ni indios. Somos americanos”

Entonces, en una época de guerras culturales, preguntemos que significa para el Nuevo Orden Mundial la persistencia del Servicio Militar y que clase de soldados necesitan.

A partir de Malvinas nos han bombardeado con la superioridad del soldado profesional (inglés) respecto al conscripto (argentino). Si el profesional fuese superior al conscripto, Israel (con conscriptos) ni siquiera hubiera logrado su independencia frente a los profesionales de Egipto y Jordania. Pero los conscriptos de Israel cuentan siempre con la Inteligencia Satelital y la Logística de EEUU como también la tuvieron los profesionales de Gran Bretaña.

Lo peor no es que Gran Bretaña haya ganado una batalla militar. La Historia tiene muchos casos de quienes se reponen de eso. Lo peor es que con ayuda de cipayos internos, los ingleses ganaron una batalla cultural. Han quebrado todo lo que significaba el servicio militar en la movilización y unidad cultural del pueblo argentino.

Hemos retrocedido a épocas anteriores al Grl. Julio A. Roca. A este se lo denigra ahora desde las ONGs indigenistas, muchas de ellas financiadas desde Gran Bretaña.[9] Por un lado se destruyó la institución educativa que logró el Grl. Ricchieri para educar al gringo, al criollo y al indio en los mismos símbolos patrios. Por el otro lado se deja avanzar las fuerzas secesionistas dentro de Argentina. Y estas vienen con su propia cultura antinacional.

Por un lado la clase política destruye las herramientas culturales unificadoras (SMO), por otro lado ceden terreno a los indigenismos made in London. Pero kirchneristas deben creer que el problema se resuelva permitiendo que los indios lean un diario kirchnerista.

Ahora tenemos una línea política enunciada por la presidente – y apoyada por el canciller – que ha renunciado al uso de la fuerza y dice que “las Malvinas se recuperarán mediante el Derecho Internacional”

Es la completa ignorancia de la historia de Gran Bretaña, ¿Cuándo G Bretaña recurrió al Derecho Internacional para conquistar su imperio? ¿Cuándo devolvieron colonia alguna porque el otro había recurrido al Derecho Internacional.

En un país en serio, pongamos por ej. a Brasil, no sólo se planifica el crecimiento y desarrollo estratégico, sino que las FFAA son parte de esa planificación y de esto se hace una política de Estado. Acá no se planifica nada.    

“En este mundo el que no planifica es planificado” Peter Drucker

La planificación – y defensa de lo planificado – se vuelve parte de la cultura. Es lo que pasa con la defensa de los yacimientos costa-afuera de Petrobras y su defensa para lo cual se inicia el submarino nuclear. Y lo mismo con los traslados de tropas y planes para defender el otro espacio vacío: Amazonas.

Nada similar tenemos en Argentina, donde los yacimientos  costa-afuera los exploran los ingleses y ni siquiera hay radares para defender el otro espacio vacío de Sudamérica: la Patagonia. Los ingleses han hecho un excelente trabajo de demolición cultural y siempre agitando los derechos humanos.

Mitrismo histórico y falencias kirchneristas.

El 24 de marzo el presidente Kirchner le ordenó al Tgrl. Bendini: “General, baje ese cuadro”, y Bendini bajó el cuadro de Videla. Con eso los “progres” creyeron que se había producido una “revolución cultural” dentro de las FFAA. Pero el episodio nos demuestra toda la superficialidad de los Kirchner en cuanto a comprender que una nación es una tarea cultural a largo plazo.

¡Con eso que creyó construir? ¿Una revolución cultural?

Como siempre se quedó lo superficial. Cuando entró en el Colegio Militar, Kirchner pensaba en el cuadro de Videla y no vio el busto de Sarmiento que está en la puerta (como también en la Escuela Naval). Mientras el busto de Sarmiento esté en la puerta se seguirán produciendo generales mitristas. Lo que hay que cambiar no es el cuadro – en la residencia del presidente de la India están los cuadros de los virreyes ingleses. Los regimientos de India y Pakistán conservan las fotos de los coroneles ingleses. Cambiar de cuadro no cambia la historia. Lo que hay que cambiar es la forma en que se enseña la historia.

Mientras Kirchner ordenaba y Bendini bajaba el cuadro, quien estaba a cargo de la cátedra de Historia Argentina del Colegio Militar era Rosendo Fraga, y quien dictaba la misma materia en la Escuela Superior de Guerra era Isidoro Ruiz Moreno[10]. Es decir que Kirchner, en caso que hubiera conocido la importancia de la historia nacional en la formación militar, no estaba dispuesto a soportar la reacción mitrista desde La Nación.

Quizás el mejor libro sobre historia militar argentina sea el del coronel Félix Best – “Historia de las guerras argentinas” – que comprende desde la primera invasión inglesa de 1806 hasta las campañas con los indios de 1880. Es lo más completo en materia de mapas, planos de batallas y combates, descripción de las posiciones de batallones propios y enemigos, descripción de armas, uniformes, monturas y logística, etc. Y sin embargo tiene una falla: falta toda referencia a combates como Vuelta de Obligado, Quebracho, Tonelero, etc. Hasta tal punto el mitrismo había distorsionado la visión del coronel, que ni siguiera de dio cuenta que omitió una guerra entera de 10 años.

Como en el caso del coronel Félix Best, no sólo es imposible combatir un enemigo que no se ve sino que es difícil que se lo tenga en cuenta en las hipótesis de conflicto o de guerra. Por lo tanto no es de extrañar que, llegada la guerra se haya improvisado en lugar de planificar a conciencia.

En el caso de los Kirchner  - ambos - en un militante nacional es inconcebible la carencia de una visión nacional proveniente del revisionismo histórico. Eso ya se veía en su momento en la “izquierda cipaya” que, por sarmientina, terminó cipaya. Entonces preocupa cuando la presidenta dice: “Me siento la Sarmiento del Bicentenario”.

Si los Kirchner – ambos – realmente hubieran leído y meditado a Jauretche – Ejército y Política – se hubieran dado cuenta que el asunto es mucho más profundo que bajar un cuadro. Se hubieran dado cuenta hasta que punto bajar un cuadro es seguir metido dentro de la concepción mitrista del Ejército y la Nación.

Seamos sinceros. Cuando vuelve Perón en 1972 los Kirchner eran recién llegados al movimiento nacional, ni siquiera vieron lo que había detrás del revisionismo histórico. Eran muchos los que venían de la izquierda cipaya y lo que buscaban era un atajo. Razonaban:

“Para hacer la revolución hay que dirigir a las masas. Hoy las masas son peronistas. Nosotros nos hacemos “peronistas”, pasamos a dirigir esas masas, y dejamos de lado a Perón que es un viejo burgués… ”

Quisieron hacer el camino breve al socialismo, sin ver que no hay socialismo sin hacer una construcción nacional. Y la lucha por es revisionismo histórico - como lo termina reconociendo el propio Perón, se trata de ver al enemigo histórico de la nación o dejar que este se oculte tras una nube de tinta como el calamar.

Tenía razón Abelardo Ramos cuando hablaba de los “dos ejércitos”, el sanmartiniano y el mitrista. El ejército es producto de la educación que recibió. Mientras sigamos haciendo las cosas de la misma forma, es irracional esperar que cambien los resultados.

No se trata de bajar el cuadro de un mitrista y dejar que la educación militar siga en las pautas mitristas. Se trata de cambiar la Educación para producir militares sanmartinianos.

Dejar a Rosendo Fraga en la Cátedra de Historia del Colegio Militar, a Isidoro Ruiz Moreno en la misma cátedra de la Escuela Superior de Guerra significa que el kirchnerismo no tiene la más mínima idea de lo que significa la falta de revisionismo histórico para crear FFAA nacionales.

Si queremos FFAA sanmartinianas entonces pensemos en profesores sanmartinianos.

¿Por qué el kirchnerismo deja mitristas como Fraga y Ruiz Moreno? El oportunismo de los Kirchner les hace buscar apoyo a corto plazo (Verbitsky y Bonafini) y descuidan la construcción estratégica a largo plazo. Hay oportunismo de la ex Izquierda Nacional. Si realmente fueran nacionales hace rato hubieran comenzado una campaña para desalojar a los mitristas de estas cátedras militares, para recuperar las FFAA para la Nación.

La situación estratégica internacional es que los globalistas no quieren ni ejércitos nacionales ni militares con valores identitarios. Lo que quieren son cascos azules controlados por una burocracia no electa del Nuevo Orden Mundial.

La Izquierda ex Nacional ha abandonado todo lo que dijo respecto a FFAA nacionales. En lugar de continuar la guerra cultural optó por hacer un seguidismo de la peor especie y hacer una exégesis de los derecho-humanistas y siempre dentro de la línea de Verbitsky-CELS, Fundación Ford, British Council, Fundación Rockefeller y Fundación Soros.

La Estrategia Educativa a Mediano Plazo del general Osorio García.

Contrastando con la visión de Kirchner – generales bajando cuadros - quizás el mejor estratega de Venezuela sea el general Jorge Ernesto Osorio García que ya en ¡1970! logró cambiar el plan de estudios de la Academia Militar de Fuerte Tiuma:

En lugar de ingresar con 3° año los cadetes debían tener secundario completo.

En lugar de egresar como simples subtenientes, serían además licenciados en ciencias políticas.

Se incorporaba al plan de Estudios las Obras Militares de Mao Tse Tung.

A Clausewitz había que conocerlo hasta dormido. Era/es una materia filtro.

También los estudios sobre Bolívar eran/son materia filtro.

Se incorporaba bibliografía como Las venas abiertas de América Latina.

La bibliografía básica de ciencias políticas por es de “La guerra es la continuación de la política”

Chávez no es producto del azar. Chávez es producto del pensamiento de Osorio García que fue madurando el plan de estudios por años y lo logró imponer. Luego se sentó a esperar que esos cadetes llegaran a tenientes coroneles y jefes de Batallón. Y cuando uno de la primer promoción de 1970 – Tcnl. Chávez – llegó a jefe de batallón – febrero de 1992 – comenzó la revolución bolivariana.

El tcnl. Chávez es producto de la estrategia a mediano plazo del general Osorio García.

Los Medios – son sólo una herramienta – y se usan conforme la Estrategia Nacional que se tenga. Sin Estrategia los Medios solos son un arma sin tener un blanco contra quien tirar.

En síntesis, quedan además de los Medios, otras dos herramientas para construir o destruir la Hegemonía Nacional Cultural. Mejorando a Gramsci, hasta con un acto de Coerción como un intento de golpe militar, se necesita primero fabricar el consenso de los golpistas (los planes de estudio de los cadetes).

La gran totalidad de la izquierda argentina (incluida la ex nacional) aplaude a Chávez - lo cual está bien –ignora en absoluto como se fabrica (el consenso) de los militares como Chávez. De una cosa estamos seguros: si el general Osorio García hubiese enseñado “derechos humanos” – obsesión del kirchnerismo – la revolución bolivariana no hubiera tenido lugar.

Mientras no aprendamos a ver, distinguir y comprender las estrategias culturales, a corto y mediano plazo, no comprenderemos el tipo de estrategia a que estamos sometidos.


[1] Henry Kissinger y Memo 200
[2] http://www.mov-condor.com.ar/documentos/falsa-guerra-izquierda-derecha.htm
[3] Manuel Freytas - http://www.mov-condor.com.ar/documentos/falsa-guerra-izquierda-derecha.htm
[4]  “Yo sigo en mis trece, en las mismas trece de antes. A mi me interesa la Liberación Nacional. No me interesa la lucha política como lucha de segundo plano que se desarrolla como lucha de ratones, bajo la hegemonía de los capitales y de la diplomacia extranjera”. Raúl Scalabrini Ortiz,1944.
[5] La formación de la conciencia nacional
[6] http://lists.econ.utah.edu/pipermail/reconquista-popular/2010-April/085508.html
[7] http://www.mov-condor.com.ar/documentos/defensa-nacional.htm
[8] El concepto de Hegemonía en Gramsci (México: Ediciones de Cultura Popular). Caps. I y V. Págs. 7-24 y 89-111 respectivamente.
[9] http://mapuche-nation.org/
[10] En el 2005 recorría el pasillo donde se pegan las noticias con los horarios de clases que da Isidoro Ruiz Moreno en la Escuela Superior de Guerra. Los horarios de las clases correspondían todas a lo que pasó desde el día siguiente a Caseros, hasta el día de la batalla de Pavón. Es decir, la historia de cómo Mitre maniobró para pasar de ser un  simple coronel a presidente de la Nación.  Muchos de sus alumnos están convencidos que Mitre es el unificador de Argentina.

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