Movimiento Cívico-Militar CONDOR

Malvinas

Publicacion

Petr ISKENDEROV

Nuevas guerras balcánicas ya están en el umbral

09.02.2010

El plan de los separatistas de Kósovo de aplastar la resistencia serbia en el norte de la región con ayuda de EEUU y la Unión Europea, adquiere los contornos más y más reales. Las declaraciones de las autoridades de Prishtina y las discusiones internacionales, que han agudizado, del problema de Kósovo, permiten no sólo hacer la conclusión sobre la preparación por los extremistas albaneses de una operación de fuerza, sino representar el desarrollo virtual de los acontecimientos, la distribución de los roles y valorar el grado del encubrimiento internacional, prometido al primer ministro de Kósovo, Hasim Tachi, y a otros ex jefes de la organización terrorista "Ejército de la liberación de Kósovo".

La conferencia abierta del Consejo de Seguridad de la ONU en torno a Kósovo, que tuvo lugar el 22 de enero, se destacó por una excandecencia de las pasiones sin precedente. Por la primera vez desde las discusiones del verano de 2007 (cuando Rusia logró enviar al basurero la resolución, elaborada por el Occidente, con el reconocimiento de la independencia de Kósovo a base del plan del enviado especial del secretario general de la ONU Martti Ahtisaari) las posiciones de las partes han sido marcadas con la claridad semejante. Podría parecer, que las potencias líderes estuvieran hablando en distintos idiomas. Si el secretario general de la ONU, BanKi Moon, junto con EEUU y los países euro-occidentales, que lo están apoyando, han exhortado, cito el informe del secretario general, "a la flexibilidad en el trabajo dirigido a definir el modo de las acciones respecto a la participación de Kósovo en los mecanismos regionales e internacionales y foros", Rusia y Serbia han visto en esto "un intento de expulsar" la ONU de Kósovo y una legitimización del estatus independiente de la región. Sin embargo en el centro de las discusiones públicas apareció por primeva vez el llamado plan "de la solución terminante del problema de Kósovo del Norte", que se está preparando por Prishtina. Unos días antes de la conferencia de este plan se fue de la lengua el premier Tachi, quien declaró, que el plan dado se está preparando con la participación de representantes internacionales y persigue el objetivo del "fortalecimiento de la soberanía y la integridad territorial de Kósovo". El nuevo año 2010 tiene que convertirse en "el año de la consolidación del estado kosovar", prometió Hashim Tachi. Dentro de las tareas principales en el plan ha sido incluida la liquidación de los órganos serbios de poder y gobernación, creados en la ciudad de Kosovska Mítrovitsa y en las comunidades serbias adyacentes, a base de las elecciones, que tuvieron lugar en mayo de 2008 de acuerdo a la legislación de Serbia. Además de los órganos representativos serbios, el golpe principal va a ser dirigido contra las formaciones policiales serbias y los servicios de aduana, que actualmente están controlando aunque sea parcialmente el tráfico a través de la frontera administrativa de Kósovo con el resto de Serbia.

Las fuerzas otanianas de la KFOR, dislocadas en Kósovo, concederán a los albaneses el apoyo militar. Según la información disponible, este asunto había sido resuelto en principio en el transcurso de la visita a Prishtina, que ya se ha realizado este mes, del jefe del comando del flanco sur de la OTAN en Europa, el almirante norteamericano Marc Fitzherald. Según los resultados de sus negociaciones con la dirección de Kósovo y el mando de las fuerzas de la KFOR, él denominó los órganos de poder de los serbios de Kósovo… como "una amenaza para la seguridad" de Kósovo. "Todas las violaciones de la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU, las evaluamos como una amenaza para la seguridad. Ya que las estructuras paralelas del poder son inconcebibles según esta resolución, nosotros expresamos nuestra preocupación",- subrayó el almirante.

Una singular atención en el plano de Prishtina está asignada al encubrimiento internacional de la operación que se está preparando. Esta tarea está confiada a EEUU y la Unión Europea. Los norteamericanos tienen que bloquear los intentos de Serbia y Rusia de aprobar una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU. De Bruselas se exige recrudecer aún más la presión sobre la dirección de Serbia para que renuncie al apoyo de sus compatriotas y cierre la frontera administrativa con Kósovo para los voluntarios serbios.

En lo que se refiere al momento de realizar la operación, puede ser efectuada ya en abril. Tendrá lugar después de la publicación de la imprecisa opinión recomendatoria según el estatus de Kósovo del Tribunal Internacional de la ONU en La Haya y de la creación en el norte de la región de la "municipalidad de Mitrovitsa". A su dirección se van a atraer albaneses y algunos serbios aislados, quienes aceptaron la colaboración con las autoridades de Prishtina.

El presidente de Serbia, Boris Tadic, conocido por su orientación pro-occidental, ha sido muy cauteloso en su intervención en lo que se refiere al plan antiserbio de Prishtina, la OTAN y la UE. Declaró, que "la solución terminante del problema de Kósovo del Norte", que había sido elaborada por Prishtina", no trae nada bueno para aquellos, quienes viven allí". Con mayor sinceridad y dureza se pronunció el primer vice-representante permanente de Rusia en la ONU, Igor Sherbak:

"Opinamos, que en la complicada situación actual se deben interceptar de forma decidida los intentos, de quien quiera que procedan, de promover los conceptos nocivos para Kósovo, que no sólo violan de una manera muy grosera la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU ? 1244, sino provocan la tensión en la región y desestabilizan la situación allí".

Según la información disponible, al plan elaborado pusieron su mano no sólo los miembros del gobierno de Kósovo, sino también el jefe de la Oficina Civil Internacional en Kósovo, Piter Feit, quien encabeza también la misión de la Unión Europea. Esta Oficina había sido creada en primavera de 2008, pronto después de la autodeclaración de la independencia de Kósovo, y de su reconocimiento por parte de EEUU y los países-líderes de la UE. El órgano dado (no mencionado en documentos de la ONU), está formado por representantes de 14 estados de la UE y de la OTAN, así como Suiza, que se ocupan de la realización práctica en Kósovo del "plan Ahtisaari", elaborado en los pasillos de Bruselas, pero que no fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Es característico, que el ministro de exteriores en el gobierno separatista, Skender Hyseni, quien representa Kósovo en la conferencia del Consejo de Seguridad de la ONU, en su intervención no comentó en absoluto el plan para Kósovo del Norte. Al salir a los periodistas, informó en forma oblicua, que la Misión de la Unión Europea en Kósovo y la Oficina Civil Internacional "no promueven ningún tipo de "decisiones terminantes del problema de Kósovo del Norte".

El análisis de lo que está ocurriendo durante los últimos días en torno a Kósovo, permite hacer la conclusión de que la elaboración de un guión del aplastamiento de la resistencia serbia ocurre en el nivel considerablemente más amplio, que propiamente Kósovo. Según sus parámetros principales (la operación vertiginosa de fuerza con la ayuda de los seudo-pacificadores de la OTAN y la UE, su encubrimiento político-diplomático, el uso de la administración títere) el plan "de la solución terminante del problema de Kósovo del Norte" corresponde a aquel guión, que el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, había elaborado para la operación militar contra Osetia del Sur en agosto de 2008. Hasta el objetivo en los dos documentos se ve análogo (en la orden de Saakashvili había sido formulado como "el restablecimiento de la jurisdicción constitucional").

Y aún antes, en agosto de 1995, un guión análogo había sido probado respecto a los serbios de Krajina. Croacia arrojó contra ellos el ejército regular, y EEUU junto con la Unión Europea realizaron el encubrimiento político. Aunque entonces resultó excesivo, porque tanto las autoridades de Yugoslavia, como Rusia, no intervinieron realmente por la República Serbia de Krajina, que perecía en torrentes de sangre.

El líder yugoslavo de entonces, Slobodan Milosevic, se preocupaba más por liquidar con las manos de los intermediarios internacionales del escenario político pan-serbio, de Radovan Karadzic y Ratko Mladic, a los que consideraba con razón como los principales rivales peligrosísimos. En lo que se refiere a Moscú, los Balcanes no entraban entonces en la esfera de su atención especial, y Moscú revelaba un interés parcial sólo a la normalización bosnia.

Es muy difícil definir, cómo se van a desplegar los acontecimientos esta vez. Ya que además del frente de Kósovo en el mapa de nuevas guerras balcánicas es posible la aparición del frente bosnio, que no es menos importante para Serbia, la Ortodoxia y Rusia. Abrirlo ya ha prometido el presidente saliente de Croacia, Stipe Mesic, quien abandona su cargo el 18 de febrero. Declaró, que el ejército croata tiene que realizar una operación militar contra la República bosnia de Serbia, si ésta realiza un referéndum sobre la autodeterminación según el modelo de kosovar.

Próximamente se agudizará la situación en Bosnia y Herzegovina. Los serbios bosnios están dispuestos a realizar en febrero un referéndum sobre la conservación de su estatus constitucional. Su objetivo es molestar a las autoridades de Sarajevo, EEUU y la UE liquidar la República Bosnia de Serbia. El presidente de Croacia Stipe Mesich, quien se retira el 18 de febrero, prometió, que en caso de la realización de un plebiscito parecido o aún en la etapa de su preparación, el ejército regular croata entrará en el territorio de Bosnia y Herzegovina para interceptar el estratégicamente importante corredor de Posavinsk de 15 kilómetros. Que une la parte occidental y la oriental de la República Serbia en la región del distrito de Brchko, en la cercanía inmediata de la frontera con Croacia.

"Si Milorad Dodik (el premier de la República Serbia – Aut.) planea la realización de un referéndum sobre la separación, dirigiré el ejército y dividiré la región, en la que viven los serbios bosnios",- prometió el presidente croata, agregando que en el caso del éxito de la operación miliar croata la formación estatal de los serbios bosnios simplemente "va a dejar de existir": "El resultado del referéndum puede ser no sólo la separación de los serbios bosnios, sino también la aniquilación de la parte serbia de Bosnia y Herzegovina". La declaración respectiva sonó en el encuentro no formal del líder croata saliente con los periodistas el 18 de enero en Zagreb.

La operación militar en contra de Bania Luka puede ser coordinada con una acción armada de las autoridades albaneses de Kósovo en contra de la ciudad Kosovska Mitrovitsa y de las comunidades pobladas por los serbios de Kósovo del Norte. La realización de tal guión permitiría a EEUU, la OTAN, la Unión Europea y a sus conductores de la influencia balcánicos finalizar la siguiente etapa del desmembramiento del espacio serbio. La República Serbia resultará rodeada por estados hostiles, lo que la privará terminantemente de la posibilidad de aplicar una política externa independiente. La derrota simultanea de los serbios de Kósovo y Bosnia se convertirá en la derrota más grande de Rusia en la región balcánica durante los últimos veinte años y asestará una pérdida irreparable a los esfuerzos de Moscú de desempeñar un papel activo en otras regiones estratégicamente importantes del espacio euroasiático.

La primera reacción a la ruda intervención del líder de Croacia en los asuntos del estado vecino por parte de Serbia y Rusia, los dos estados contra los que se dirigía, sin lugar a dudas, el señor Mesich, resultó extrañamente moderada. El presidente serbio, Boris Tadic, trató de responder a su colega croata en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, dedicada a Kósovo, el 22 de enero. Sin embargo no lo hizo en la intervención principal (aunque los paralelos entre lo que estaba ocurriendo aquellas semanas en Bosnia y Herzegovina y Kósovo eran más que evidentes), sino en el transcurso de las discusiones, al declarar sobre "la inadmisibilidad de las intervenciones de tal género". Además, Boris Tadic se reunió con el secretario general de la ONU Pan Gui Mun. Le informó diplomáticamente, que "las palabras peligrosas" de Stipe Mesich "no se aprueban en el discurso político regional", y en seguida le aseguró al interlocutor, que Serbia "no desea perjudicar sus relaciones con Croacia".

La retórica pacífica resultó en seguida solicitada en Zagreb. La jefa del nuevo gobierno de Croacia, Yadranka Kosor, declaró a los periodistas, que Serbia y Croacia tienen que poner fin a la polémica y ponerse a la obra de establecer las relaciones de buena vecindad. "No es bien continuar la bronca",- señaló de forma moralizadora la señora Kosor, sin pensar, claro está, en desaprobar la declaración del jefe del poder ejecutivo croata.

La reacción de Rusia también se ve demasiado imprecisa. Al intervenir el 22 de enero en la conferencia de prensa, dedicada a los resultados en la política exterior del año 2009, el ministro de exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, en respuesta a la solicitud de comentar la declaración de Stipe Mesich, "que había provocado una real tormenta política en los Balcanes", se limitó a una formulación despersonalizada: "Intervenimos de una manera consecuente y dura por que todas las partes respeten el espíritu y la letra de los acuerdos de Dayton. Esto excluye llamamientos de cualquier tipo sobre el uso de métodos de fuerza para socavar estos acuerdos". (1)

Mientras tanto el desarrollo de la situación en torno a Bosnia y Herzegovina demuestra durante los últimos meses lo contrario: el Occidente junto con las autoridades de Sarajevo tomó de una manera decisiva el rumbo hacia la socavación de los acuerdos de Dayton. Dos rondas de negociaciones de los partidos políticos bosnios líderes en octubre de 2009 en la base otaniana de Butmir en los suburbios de Sarajevo dieron el vector preciso a la nueva estrategia del Occidente respecto a Bosnia y Herzegovina. De los serbios bosnios se les exige en forma de ultimátum renunciar a sus poderes institucionales del estado, fijados en el acuerdo de paz de Dayton. Y en lo que se refiere a Rusia, se la sacó totalmente fuera de los marcos "del proceso de Butmir", aunque formalmente Rusia es miembro del Consejo Directriz para el cumplimiento del acuerdo de Dayton. Esperar, que en estas condiciones EEUU, la Unión Europea y la OTAN "recuperen la vista" y renuncien de la noche a la mañana a su nuevo rumbo, es cometer un error geopolítico fatal.

Y además, es revelar una debilidad criminal no sólo respecto a la tarea de apoyar a los serbios bosnios, sino también, a las tareas de la defensa de los intereses rusos en Bosnia y Herzegovina y en general en los Balcanes.

No es casual, que "El Grupo Internacional de la crisis", que se ocupa tradicionalmente del aseguramiento político-propagandístico de la política occidental en las regiones conflictivas, aún unos meses antes de los últimos acontecimientos dibujó sinceramente al máximo la postura hacia los Balcanes de los arquitectos "del nuevo orden mundial". Según sus expertos, los principales adversarios del Occidente en la región siguen siendo Moscú y Belgrado, ya que "en la política internacional respecto a los Balcanes domina la intranquilidad respecto a la reacción serbia sobre la independencia de Kósovo". En lo que se refiere a Rusia, según "El Grupo Internacional de la crisis", ella "se hizo más dispuesta para contrarrestar la política occidental, que evalúa de hostil a sus intereses". (2)

En la situación creada se presenta madura la necesidad de revisar una serie de iniciaciones e iniciaciones de la política de Moscú en los Balcanes. La diplomacia rusa debería de renunciar al apoyo de los acuerdos de Dayton como a unos documentos, que no tienen chances para la supervivencia política en las condiciones actuales. A su vez, esto permitirá hacer la conclusión fundamentada sobre la falta de vitalidad estatal de Bosnia y Herzegovina en su forma actual y plantear la necesidad de su remodelación.

La postura similar le permitirá a Moscú deshacerse del papel de outsider en los asuntos bosnios, que se está revelando durante los últimos meses, y promover el mecanismo de las discusiones internacionales sobre las compensaciones territoriales, políticas, etno-culturales, etc. para los serbios y otros pueblos balcánicos, cuyos intereses y la propia supervivencia, como etnias, están puestas bajo la amenaza. Teniendo en cuenta el rumbo consolidado del Occidente a la aniquilación terminante en los Balcanes del espacio vital serbio y ortodoxo, la revisión de las fronteras existentes y de la construcción interna de los estados "problemáticos" y de los territorios autodefinidos puede resultar el único guión, que responde objetivamente a los intereses rusos. Hoy en el mapa balcánico están presentes, por lo menos, tres estados reconocidos generalmente o autoproclamados, cuya vitalidad provoca serias dudas: además de Bosnia y Herzegovina y Kósovo es también Macedonia. Su reformateo territorial y administrativo-legislativo puede hacerse el modo menos doloroso para evitar nuevas guerras balcánicas sangrientas.

Un fenómeno curioso: las autoridades de Sarajevo están llamando de una forma activa durante los últimos días a Rusia precisamente para que les preste ayuda en "la realización consecuente y completa del acuerdo de paz de Dayton". De eso declaró hace unos días el miembro de la Presidencia colectiva de Bosnia y Herzegovina, el musulmán bosnio Haris Silajdizic, en el encuentro con el embajador ruso Alexandr Botsan-Harchenko. Teniendo en cuenta, que el señor Silajdizic es conocido aún desde los tiempos de la guerra etno-civil bosnia de 1992-1995 por sus puntos de vista extremistas al máximo, y no se cansa en exhortar desde las tribunas internacionales a la suspensión de la República Serbia, como "un producto de las limpiezas étnicas", surge la conclusión, que Sarajevo ha sido abarcado por un pánico de verdad.

Ya que una parte considerable de la opinión pública de Europa Occidental no puede dejar de darse cuenta en que son precisamente los serbios bosnios, quienes sirven en Bosnia y Herzegovina de contrapeso real a las tendencias panislamistas radicales. Y este factor importante le da a Rusia fundamentos para realizar un juego más activo en la crítica etapa actual para todos los Balcanes.

Petr Ajmétovich ISKENDEROV – colaborador científico principal del Instituto de eslavística de la Academia de Ciencias de la FR, candidato a doctor en ciencias históricas, observador internacional del periódico "Vremia novostei" y de la emisora radial "La Voz de Rusia".

(1) http://www.mid.ru/brp_4.nsf/0/0B514CB49F82A439C32576B40053C70E
(2) Bosnia’s Incomplete Transition: Between Dayton and Europe. Sarajevo-Brussels, 2009.

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